albert.jpgSoy Albert Villanueva y nací en Gavà, provincia de Barcelona, en Junio de 1962. Hace más de veinticinco años que trabajo de profesor y mis dos grandes aficiones son la lectura y la música.

Hasta los quince años estuve alejado de lo que era el mundo de la música. Recuerdo que hasta esa época mi cantante favorito era Nino Bravo...

En el verano que acabé 2º de BUP empecé a escuchar rock. Recuerdo como en aquel verano machaqué los singles de Livin' thing (Electric Light Orchestra), Give a little bit (Supertramp), Dust in the wind (Kansas) y More than a feeling (Boston).

Pero mi vida cambió a final de ese verano. Una vez empezado el curso en Septiembre, recuerdo que una tarde fui a casa de Jordi Gas, uno de mis mejores amigos del cole y que se convirtió en músico profesional. Jordi tenía un hermano mayor y mientras escuchábamos música me dijo: "Mira, mi hermano tiene este disco que está muy bien". Era una portada rara y el nombre del grupo lo era mucho más: Jethro Tull. El disco era Minstrel in the gallery. Siempre digo que, con las primera notas de aquel disco, me hice mayor de verdad.

Me llevé el disco a mi casa y lo grabé en una cinta de cassette. A los pocos días fui a casa de Jordi a devolvérselo. Me preguntó si me había gustado y cuando le expliqué mis sensaciones, me dijo: "Pues mi hermano tiene más discos de los Tull". El seguiente que me dejó fue Thick as a brick. Sin comentarios. Aquello era demasiado. Ese disco me hipnotizaba por completo. El tercer disco que me dejó fue Aqualung...

Y nunca más volví a ser el mismo. El niño que era quedó atrás, entré de pleno en la adolescencia y en la música rock. Pero Jethro Tull se había quedado clavado muy adentro.

Desde entonces, la música de Ian Anderson me ha acompañado en los momentos más importantes de mi vida, cubriendo etapas alegres y otras cargadas de tristeza.

Muchos años después, y después de convertirme en comprador compulsivo de todo lo que tenía que ver con el grupo, conseguimos organizar Tullianos, la Asociación de Seguidores de Jethro Tull y, fruto de ello, conocer en persona a Anderson, Barre y muchos de los músicos que han pasado por la banda.

Así pues, gracias Anderson por todo lo que me has dado. Y gracias, Jordi...